jueves, 4 de agosto de 2011

I. Montevideo


Montevideo que no nos reconocimos, porque no nos habíamos visto las ganas antes, aunque ya nos habíamos soñado y celado alguna vez.
Montevideo habitación de hotel y mimos atrasados. Que susurraste y fuiste tormenta de verano.
Montevideo que me contaste a los ojos que había muerto María Elena y que me diste una Patricia para brindar por ella.
Montevideo que en la playa Ramirez nos hace sonreir por las casualidades y que en en patio andaluz me lleva a un "Adiós, Catalina" que no puedo olvidar.
Montevideo que te espero y que te conozco palabras, y sol, y lluvia de luz.


No hay comentarios: