buitre.
(Del lat. vultur, -ŭris).
1. m. Ave rapaz de cerca de dos metros de envergadura, con el cuello desnudo, rodeado de un collar de plumas largas, estrechas y flexibles, cuerpo leonado, remeras oscuras y una faja blanca a través de cada ala. Se alimenta de carne muerta y vive en bandadas.
2. m. Persona que se ceba en la desgracia de otro.
Los nenes buitre son aquellos machos alfa que, frente a la caída inevitable del contrincante, acechan sin dejar un solo espacio para escapar.
Ahora bien, no sólo existen nenes buitre. Y las nenas buitre son muchas, y peores.
Suelen hacerse las amigas en el mismísimo momento de desgracia y, siempre y cuando la desgracia siga presente, ellas seguirán fieles a su "amigo". Porque las nenas buitre son resentidas como pocas, y tristes en demasía. Son personas que no disfrutan del simple disfrute, porque no saben vivir sin encontrar problemas por doquier.
Se pretenden buenitas, compañeras, compinches.
Siempre y cuando, repito, la desgracia siga presente.
Porque las nenas buitre no pueden disfrutan de la alegría ajena, porque no las toca a ellas. Y acá se les infla el pecho de resentimiento, y tienen dos opciones. O se esconden, de la vergüenza, o se siguen haciendo las amiguitas, pero con una cuota mucho menor de bondad, y una máscara bastante más grande.
En la alegría ajena, van a intentar comer migajas. Van a hacer de cuenta que son felices por su "amigo". Pero sabelo que no. Son buitres. No saben ser felices por su propia cuenta. Y no saben ser felices por la felicidad ajena, porque quieren que la gente sea igual de resentida e infeliz que ellas. No soportan que la felicidad ajena afecte negativamente su propia felicidad. Sienten que tienen clavado el virus del adiós, y así viven. Creen que tienen que ser amigas de todo el mundo, y andan regalando cosas que nadie les pide que regalen. Se sienten usadas y leen todo como eufemismos sobre ellas mismas, hacen eco de una "ternura" inventada, se creen dueñas de silencios y de trincheras. Se consideran egoístas porque las pone mal la felicidad ajena. No saben que eso no es de egoísta, que eso es de resentida, lisa y llanamente.
Las nenas buitre tienen a su favor una cualidad casi insuperable: la paciencia. Resentidas y pseudo tristes como son, esperan. No les interesa ver si el límite no es una simple línea de cal. Ellas esperan, donde están. Porque saben que no hay bien que dure 100 años.
Esperan, en un costado, a que vuelva la desgracia. Y saben que ahí van a estar ellas, "amigas", compañeras, compinches.
Ellas, que mutis por el foro desaparecieron en la felicidad, van a volver, a regocijarse en la tristeza.
Porque aprendieron, a fuerza de experiencia, que la presa herida es mucho más fácil de acompañar y cuidar.
¿Conquistar? No, eso no. Las nenas buitre no conquistan.
Porque el triunfo las haría felices. Y eso no les sale.