Por suerte, no nos estamos volviendo viejos.
Estamos ganando experiencia.
Ahora, la gente de nuestra edad que se embaraza no es más un escándalo. De hecho, hay gente que lo está buscando concientemente. Y el resto responde "Mirá qué bien".
Cuando nos juntamos, ya no nos pasamos horas hablando de los años de secundario. Se escapa un "che, te acordás de", pero muy de vez en cuando.
Las conversaciones actuales, de gente madura, pasan por los laburos, las casas, la cocina. Ya hay una pila de casi recibidos, y nos burlamos de los no recibidos, que son los menos.
Cada quien tiene su "otro grupo", que suele ser el grupo que llegó más tarde, pero el que tiene más cosas afines. Nada de grupo segundón. De hecho, nos está costando más encontrarnos entre nosotros, porque cada Fulanito tiene reuniones con su grupo de Menganitos.
Surgió el tema de las vacaciones, y un unánime: "A Mar del Plata de nuevo no". Se barajaron dos o tres destinos, cada cual más utópico que el otro. Pero se tiraron buenas propuestas.
Nosotros nos queremos, sí, en nuestras diferencias.
Aunque comprobé, feliz de la vida, que a Rodri le puedo regalar libros y que dice, sin inmutarse: "La arquitectura también es una ciencia social."
1 comentario:
Que lindo juntarse con viejos amigos! con los míos me junto cada taaanto, primero me sentía muy mal porque sentía que los estaba perdiendo, pero después entendí que uno cambia mucho de círculos, de grupos, de cariño...en fin, sigo envidiando igual a la gente que es amiga de mucho mucho tiempo.
Un beso grande!
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