martes, 17 de agosto de 2010

Delete y cuenta nueva


Duelos eran los de antes.

La imagen (poética por demás) era deliciosa. La mujer que, despechada o desilusionada, se sentaba frente al fuego con su caja de cartas y fotos y tiraba, una por una, llanto por llanto, todas las palabras pasadas y mentiras y mentirosas. Las menos, eran recortadas y guardadas y siempre había una o dos que, secretamente, se guardaban en un cajón o en un libro.

"Todo lo eliminable se desvanece en el aire", debería haber dicho Berman, si es que no lo dijo.

Hoy, me bastó con borrar la etiqueta de esos mails, dejándolos que se pierdan entre los miles de gigas de almacenamiento que me regala Gmail y las fotos sufrieron destinos varios: carpetas ocultas, Papelera de Reciclaje posterior y velozmente vaciada, cds vírgenes sin rotular, o bien una retocadita estratégica via Picasa.

Así no hay amor eterno que dure una eternidad.

2 comentarios:

Feroz dijo...

LO que hace el amor, que fácil parece todo así.

l dijo...

No, no.
Esto lo hace el desamor curado.
El amor tiene poco que ver en esto.