¡¡bajá un cambio antes de estrolarte contra la pared!!
Sí, ya sé, hacía mucho que no. Y es que sí.
Sí, te entiendo.
No, no te digo que te quedes en el molde, porque no.
Pero relajate.
Pensá en otra cosa.
Olvidate un poco de eso.
Y estate lista para esquivar la pared y pasar por el agujero de la puerta.
O, peor aún, estate lista para que no haya paredes, ni golpes, ni caídas.
Lo que sería aún más peligroso.
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