Mi fuerza de voluntad es baratísima.
Se entrega al mejor postor, que está apostando un canto rodado marrón, roto.
La consigna era sencillísima: hoy empiezo.
Empieza febrero y empiezo yo.
Pero no, mentira.
Imposible.
Porque hace calor, y el calor no es renacentista.
En absoluto.
2 comentarios:
por lo menos empezaste el blog.
Excusas, para nada válidas.
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