Quiero pelear.
Me sobra el sueño y me sobran las ocupaciones.
Estoy combativa.
Le sobra el sueño a él también.
Es mi momento, pienso, de descargarme.
Aunque él no tenga la culpa.
Hace un comentario fuera de lugar y me da el pie.
Intento agarrarlo.
Me abraza, me da un beso y me dice: "Yo te amo, está todo bien. Estamos pasados de sueño y necesitamos dormir. Descansá, chiquita. Está todo bien."
Y me neutraliza.
Porque tiene razón, toda la razón.
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