Siempre tuve relaciones basadas en los silencios.
Todas.
Las serias, las incómodas, las clandestinas, las utópicas. Todas ellas estuvieron, en algún momento, basadas en el silencio. O, al menos, salpicadas.
No, ellos nunca terminaron de saber todo de mí. Y yo callé cosas sobre las que me hubiera gustado, en su momento, indagar.
Hubo quien no supo que hubiera dejado mi vida toda por un rato más a su lado, quien no supo lo que no tenía que saber y quien no supo todo lo que yo sabía. Hubo quien nunca me terminó de cerrar y me obligaba a callarme. Hubo silencios que incluían a varias personas y silencios particulares. Hubo aquellos que tenían su silencio propio, pero con los que compartía los silencios ajenos. Hubo quien creía saber todo y quien no quería saber nada.
Hay quienes ya no pueden hablarme, y con quienes ya no me interesaría hacerlo.
Hay pocos a los que les pediría perdón por no haberlo dicho a tiempo, y hay un silencio que me duele en el alma haberme callado. Hay una carta no entregada que se tranformó en silencio que me obligó a generar silencios nuevos.
Ahora todo cambió. Ahora entendí que el silencio hace mal, que el silencio lastima y que el silencio erosiona.
Ahora digo, pregunto, cuento, hablo, canto cuando es necesario, grito si no me escucha.
Ahora me siento más sincera conmigo misma y me sé más auténtica con lo que siento.
Ahora siento que puedo compartir la vida entera, porque no hay silencios que agrieten paredes que no hablan.
Y hoy me dijo: "¿Sabés qué es lo bueno de tu mambo? Que no te lo comés vos sola. Y eso nos hace fuerte a los dos."
Y tuvo razón.
1 comentario:
Qué lindo,che ! Además, sabés? leí el post y me di cuenta que soy igual. Silencios, siempre silencios. Ahora menos que antes igual, pero siempre me queda algún silencio guardado. Fuck.
"me gusta cuando callas,porque estás como ausente..." . Muy bueno tu blog :)
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