Habiendo leído pocas -muy pocas- cosas que desde Montevideo una pequeñita y frágil poetisa me hacía llegar, siempre sentí curiosidad por otra poetisa montevideana. La poetisa tenía nombre y letras que me daban ganas de. Y recorriendo la feria de Tristán Narvaja lo decidí, Idea se iba a volver conmigo. Y lo hizo.
Ahora me dice cosas llenas de tristeza desde un estante lleno de mujeres. Idea escribe con las palabras que yo sé, pero con la tristeza que no reconozco en mis propios vuelos de poetisa. Idea complementa mis ganas de mundo, tal vez. Y por eso, tal vez, me llamaba la atención mi espera y mis ansias. Yo escribo la luz del sol y ella me escribe la tristeza húmeda de la lluvia.
Y por eso doy gracias por el susurro montevideano, que apenas se escucha en sus calles calladitas un domingo de luz, sol y lluvia.
3 comentarios:
Brindemos por Idea entonces...
Muy bueno, Lauri! Me gusta!
Besos!
de nada, gracias por la mención.
cuándo viniste a montevideo?
yo justo estuve por bs as.
te gustó la ciudad?
Ir los domingos a Tristán Narvaja no puede odiarlo nadie, ni siquiera yo y mi reciente misantropía. comprar mandarinas para comer en el camino, libros y a la vuelta, arrolladitos primavera en una casa de comida china que queda por tristán narvaja casi colonia.
La próxima avisame y te acompaño gustosamente.
Estuvimos en Uruguay la primera quincena de enero, dando vueltas por las playas y pasamos unos días por Montevideo.
Qué linda ciudad, pucha.
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